El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la inflación en Argentina alcance el 45% en 2025, mientras que el Gobierno nacional proyecta una suba más moderada del 18,3% para el mismo año. Estas proyecciones forman parte del último informe del FMI, «Perspectivas de la Economía Mundial» (World Economic Outlook, WEO), presentado este martes en Washington.
Según el FMI, la inflación en Argentina disminuirá del 139,7% estimado para 2023 al 45% en 2024, una cifra que supera las proyecciones privadas contenidas en el Relevamiento de Expectativas de Mercado, las cuales sitúan la inflación en 123,6%. En contraste, el proyecto de presupuesto del Gobierno argentino para 2025 estima una suba de precios del 18,3%.
En cuanto a la actividad económica, tanto el FMI como el Gobierno coinciden en una caída del Producto Bruto Interno (PBI) de alrededor del 3,5% para 2023, y un repunte del 5% en 2025. Esto refleja una visión compartida sobre la recuperación económica a mediano plazo.
El FMI también proyecta una mejora en el frente externo de la economía argentina, con un superávit en la cuenta corriente del 0,6% del PBI tanto en 2024 como en 2025, revirtiendo el déficit del 3,2% registrado en 2023. Este avance se lograría a pesar de la desaceleración esperada en algunos de los principales socios comerciales del país, como China, que crecerá un 4,8% en 2023 y 4,5% en 2024, por debajo de los promedios históricos.
En relación al desempleo, el organismo multilateral estima que la tasa de desocupación en Argentina alcanzará el 8,2% en 2023, más de dos puntos por encima del 6,1% registrado en 2022. Para 2025, se espera que la tasa de desocupación descienda al 7,6%.
Aunque el FMI destacó avances globales en la lucha contra la inflación, las proyecciones para Argentina reflejan un desafío persistente en la estabilización de los precios.