
Seis de cada diez personas utilizan la tarjeta de crédito para compras esenciales. El 69% de los hogares admite que sus ingresos no alcanzan y más de la mitad se endeudó en el último año para llegar a fin de mes. Mientras el Gobierno nacional celebra la baja de la inflación, en los bolsillos de la gente la economía respira con deuda.
De acuerdo con un informe de QMonitor de septiembre de 2025, seis de cada diez personas utilizan la tarjeta de crédito para consumos corrientes y un 38% sólo consigue abonar el pago mínimo mensual. Lejos del relato del Gobierno nacional, la economía del día a día se ve cada vez más afectada por la inflación, la perdida del poder adquisitivo y el endeudamiento.
El estudio revela que el 57% de los encuestados aumentó su nivel de deuda en el último año, principalmente para sostener consumos esenciales. Además, el 69% afirma que sus ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas y el 71% admite dificultades para pagar sus cuentas mensuales.
Frente a la pérdida del poder adquisitivo, los ajustes se concentran en rubros clave: alimentos (32%), entretenimiento (22%) e indumentaria (14%). A su vez, el 59% califica la situación económica como negativa y un 57% considera que el escenario actual es peor que el de hace dos años.
Las percepciones de inflación se enfocan en los aumentos de alimentos (57%) y servicios públicos (26%). En paralelo, el 66% de los argentinos expresa preocupación por la cotización del dólar y su impacto directo en la economía familiar, lo que impulsa decisiones de consumo más cautelosas y la postergación de gastos no esenciales.
El informe concluye que la economía argentina se mantiene “tensionada por la inflación y la incertidumbre cambiaria”, en un contexto donde la tarjeta de crédito se consolida como un salvavidas financiero de corto plazo para gran parte de la población.